Desde los inicios de la historia de la arquitectura, el interior y el exterior han estado separados uno del otro por estructuras opacas de piedra o de hormigón. Con el desarrollo de la tecnología y la capacidad de emplear vidrio estructural en los edificios, la tan deseada flexibilidad se puede conseguir en el proceso de diseño.
Puede crear libremente espacios abiertos o hacer añadidos sorprendentes a las estructuras ya existentes con sistemas retráctiles manuales o automáticos. Aproveche la oportunidad de ahorrar energía suavizando la transición entre el interior y el exterior. Imagínese viendo las estrellas en un lugar en el que la permeabilidad es máxima en todas partes con el clima deseado.